sábado, 19 de agosto de 2017

IMC y lesiones en corredores

“Yo ya dudo de todo lo que alguna vez supe con certeza”

La mayoría de los pacientes acuden a consulta manifiestan que hacen deporte para perder peso… que si adelgazan va a correr más y mejor, o mencionan al sobrepeso como el principal culpable de la lesión que los aqueja.

Hay un artículo muy interesante que estudió la relación entre el IMC y las lesiones:

Recordemos que el IMC solo nos habla de la relación peso/altura y no nos dice mucho acerca del porcentaje graso de la persona. Habiendo deportistas de fuerza con IMC mayor a 25 que presentan menos grasa corporal total que bailarinas de ballet con un IMC de 18. Pero bueno, sin rebuscarnos mucho en corredores sí que se aplica eso de que si tienes un IMC mayor a 24 estas con exceso de grasa.

El artículo se titula Impact of a High Body Mass Index on Lower Extremity Injury in Marathon/Half-Marathon Participants y fue publicado en la revista Journal of Physical Activity and Health en 2012

El objetivo era evaluar si un alto IMC predispone a lesiones entre los participantes amateur de una carrera de 21 kms y de 42 kms

¿Que encontraron?

La edad promedio de los participantes fue de 46 años.
El IMC promedio para mujeres fue de 23,7 y para varones fue de 26,2.

Dividieron a los valores de IMC en terciles:
- Para mujeres el tercil más bajo fue desde 18,1 a 21,8, el tercil medio entre 21,9 y 25,9 y el tercero entre 26 y 42,2.
- Para varones el tercil más bajo fue de 20,3 a 24,9, el tercil medio de 25 a 26,8 y el tercil más alto de 26,9 a 34,6

De las mujeres que sufrieron al menos una lesión entrenando: el 24% se encontraba en el tercil más bajo de IMC, el 18% en el tercil medio, y el 4% del tercil más alto.

También se vio que las mujeres con un IMC más bajo fueron las que entrenaron más kilómetros semanales y corrieron más rápido tanto la 21k como la 42k.

19% de las mujeres sufrieron lesiones durante la carrera, las mujeres con el IMC más bajo fueron las que más se lesionaron. En mujeres el riesgo de sufrir lesiones durante la carrera se redujo un 13% por cada unidad de aumento del IMC.

En mujeres la presencia de comorbilidades como asma, hipertensión e hipercolesterolemia fue más frecuente en el grupo con IMC más alto.

En varones no se encontró relación entre IMC y tasa de lesiones, ni entre IMC y comorbilidades
13% de los varones sufrieron lesiones durante el entrenamiento, y 5% durante la carrera, pero no se encontró asociación entre IMC y lesiones en varones. 
Tampoco se encontró diferencia entre kilometraje de entrenamiento semanal y IMC en varones. Pero si en la velocidad de carrera la cual fue más rápida entre los varones con menor IMC.


Terminan concluyendo que un IMC alto no implica mayor riesgo de lesionarse durante el entrenamiento o las carreras

Por otro lado estudios previos han demostrado que el kilometraje semanal y los ritmos altos de entrenamiento son factores que aumentan el riesgo de lesionarse. 

En este estudio las mujeres con un IMC más bajo fueron las que corrieron más y más rápido y la asociación entre bajo IMC y lesiones en mujeres seguramente se deba a esta relación.

Los corredores más pesados corrieron menos y más lentos y por tanto se lesionaron menos.



Fuente: Tyler F. Vadeboncoeur, Scott M. Silvers, Walter C. Taylor, et al. Impact of a High Body Mass Index on Lower Extremity Injury in Marathon/Half-Marathon Participants. Journal of Physical Activity and Health, 2012, 9, 96  -103 © 2012 Human Kinetics, Inc.

viernes, 11 de agosto de 2017

Lesiones musculares - Como saber si tienes un desgarro o una contractura



La contractura es una contracción permanente de una zona del músculo que genera dolor, puede aparecer de forma brusca durante un esfuerzo, o aparecer luego de unas horas, o al otro día.

El desgarro es una rotura de fibras, puede ser microscópica o tener varios centímetros. 
Un desgarro siempre se va a acompañar de contractura. El músculo sano alrededor de la lesión se contrae para proteger la zona y evitar mayor distensión de las fibras.

El problema es diferenciar cuando estamos frente a una contractura simple, y cuando estamos frente a una contractura con rotura fibrilar debajo.

Nos interesa diferenciarlas porque su tratamiento es diferente (el tratamiento con masajes para una contractura puede provocar mas daño si estábamos frente a un desgarro) y para estimar los plazos de recuperación y retorno al entrenamiento.

A continuación algunas características de una y otra que te pueden ayudar a diferenciarlas.
(lo ideal es que sea el deportólogo quien lo haga, claro).

En ambas hay dolor al usar el músculo en cuestión, y en ambas duele a la palpación de la zona. El estiramiento puede aliviar un poco la contractura, pero empeora el dolor de un desgarro.

El desgarro, es decir: la rotura de fibras, siempre inicia de forma brusca, se siente un pinchazo (o una pedrada en la zona) que inmediatamente suele impedir continuar con el ejercicio (casos muy leves pueden continuar pese al dolor) En general también duele al caminar. 

La contractura simple puede empezar de forma brusca, pero lo más frecuente es que empiece post esfuerzo (al enfriarte), y no suele ser tan dolorosa como el desgarro, en general permite realizar cierta actividad (con molestias) y no limita tanto como el desgarro.

La contractura nunca tiene hematoma. El desgarro a veces tiene y a veces no tiene hematoma, así que si hay hematoma seguro que estamos frente a un desgarro.



No debemos olvidar que una contractura es una señal de alarma, sin daño anatómico aún, pero indicando fatiga y riesgo de lesión muscular en la zona contracturada (si es que ya no hubo rotura microscópica)

Algunas veces la única forma de diferenciarlas es con estudios de imagen (ecografía o RMN).

El tiempo de evolución a veces nos permite hacer diagnóstico retrospectivo de la lesión: si el dolor se resuelve de forma espontánea en menos de una semana estábamos frente a una contractura.

Si se resuelve en 15 días seguramente se trató de una rotura microscópica y por eso fue tan rápida la recuperación.
Un desgarro nunca se resuelve en menos de 20 días (a veces mas si fue grande).

De todos modos ante la duda no cuesta nada consultar al especialista antes de arriesgar a aplicar un tratamiento que puede no ser el adecuado.